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Quedar sin dinero

Qué hacer (y qué no) cuando tu cuenta llega a cero 💸💸💸

Te despiertas, abres la app del banco y ves un 0,00 € en tu cuenta. O peor: un bonito -3,50 € que te recuerda que hasta el banco te está adelantando dinero.

Tranquilo. No eres el único. Para muchos jóvenes, quedarse sin dinero en la cuenta no es algo puntual, sino una situación recurrente. Entre becas que llegan tarde, sueldos bajos, alquileres caros y el café que se multiplica por arte de magia, no es raro ver el saldo en rojo. Pero ojo: una cosa es que sea común, y otra muy distinta es que tenga que ser tu normalidad.

Este artículo es una guía para que sepas qué hacer (y qué evitar) cuando tu cuenta bancaria llega a cero. Porque aunque no lo parezca, este momento puede ser un punto de partida. Un aviso. Un «a partir de aquí, toca espabilar».¿Qué significa hacer senderismo de forma sostenible?

Respira: no eres el único y hay salida 😮‍💨

Antes de caer en el drama, lo primero es respirar. No eres el primero ni serás el último que se queda sin saldo. Es más, en España más del 30% de los jóvenes entre 18 y 30 años reconoce haber tenido problemas para llegar a fin de mes en el último año. Es decir: esto no es raro. Pero que sea común no significa que no tenga consecuencias.

La clave es evitar la reacción en caliente. No se trata de esconderte ni de gastar lo que no tienes pensando: «ya lo arreglaré». Pero tampoco se trata de castigarte. La cuestión es poner foco, entender la situación y pasar a la acción. Porque salir de cero es posible, pero requiere algo de cabeza.

Lo que no debes hacer cuando estás sin dinero 🙅

Quedarte sin dinero puede darte la tentación de hacer justo lo que más te perjudica. Aquí van algunas trampas clásicas que conviene evitar:

  • Pedir un crédito rápido o un micropréstamo con intereses altísimos. Lo que parece una solución fácil puede meterte en una rueda de deuda de la que cuesta salir.
  • Tirar de la tarjeta cuando no hay saldo. Algunos bancos permiten «descubiertos automáticos», pero esto suele implicar comisiones que se acumulan rápido.
  • Ignorar la realidad. No mirar la cuenta, no abrir cartas del banco o no revisar tus recibos es la peor forma de afrontar el problema.
  • Gastar por impulso. «Total, ya estoy a cero, un café más no importa». Mal. Cada euro cuenta cuando estás en esta situación.

Evitar estos errores es el primer paso para poder remontar.

Lo que sí puedes hacer (y conviene hacer) 🆘

Ahora que sabes lo que no debes hacer, vamos con lo que sí. Y no hablamos de milagros financieros, sino de pasos concretos:

  • Haz una foto de tu situación actual. Entra a tu cuenta y apunta tus recibos pendientes, deudas, préstamos, pagos automáticos… Tener un mapa te ayuda a tomar decisiones.
  • Prioriza gastos. Hay cosas que no pueden esperar (alquiler, comida básica), y otras que puedes retrasar (ocio, caprichos, compras online).
  • Habla con quien debes hablar. Si debes dinero a un amigo, explícalo. Si tienes un recibo pendiente, llama a la compañía antes de que te cobren comisiones. La comunicación evita problemas mayores.
  • Busca ingresos inmediatos. Vender ropa o electrónica que no usas, ofrecer servicios puntuales (clases, recados, diseño, traducción) o mirar apps de «minitrabajos». A veces, 20 euros marcan la diferencia.

Cómo evitar llegar a cero 0️⃣ otra vez (a medio plazo)

Una vez superado el bache, toca prevenir que vuelva a pasar. No necesitas ser un gurú de las finanzas, solo aplicar algunos hábitos básicos:

  • Crea un mini fondo de emergencia. Empieza por 5 o 10 euros a la semana. No importa la cantidad, importa la rutina.
  • Controla tus gastos hormiga. Cafés, snacks o suscripciones olvidadas. En conjunto, seguro que suman más de lo que crees.
  • Usa herramientas. Apps como Fintonic, Revolut, Goin o incluso Excel pueden ayudarte a visualizar en qué se va tu dinero.
  • Presupuestos semanales. En vez de pensar en «llego a fin de mes», piensa en «llego a fin de semana». Divide tu dinero en partes y sabrás hasta dónde puedes estirarlo.

Hablar de dinero con tu entorno (y por qué ayuda) 🗣️

Parece un tema tabú, pero hablar de dinero con tus amigos, pareja o familia puede ser parte de la solución.

  • Normaliza la conversación. Decir «este mes voy justo» no es motivo de vergüenza. De hecho, puede generar más comprensión en tu grupo.
  • Negocia planes. Si no puedes salir a cenar, propón quedar en casa. Muchos están igual que tú, solo que no lo dicen.
  • Busca ayuda si la necesitas. Tus padres, hermanos o amigos pueden ofrecerte soluciones o, al menos, apoyo.
  • Evita fingir. Fingir que todo está bien solo aumenta el estrés financiero.

Hablar de dinero no te hace pobre ni tacaño. Te hace consciente.

¿Y si esto te pasa todos los meses?

Si llegar a cero es algo cíclico, no es una casualidad: es una señal. Puede haber varias razones:

  • Tus ingresos son insuficientes. En ese caso, tocará buscar formas de aumentarlos: trabajos extra, becas, ayudas, formación.
  • Tus gastos son desproporcionados. Si ganas 800 € y pagas 500 € de alquiler, estás condenado a vivir al límite.
  • No controlas lo que gastas. Lo que no se mide, no se puede mejorar.

En cualquiera de los casos, informarte es clave. Escucha podcasts sobre finanzas, sigue cuentas en redes que hablen del tema o incluso plantea acudir a una asesoría gratuita. Entender tu relación con el dinero es el primer paso para cambiarla.

Quedarte a cero no es el fin del mundo, pero puede ser el comienzo de una nueva forma de relacionarte con tu dinero. Si no te asustas, si no lo escondes y si actúas con cabeza, puedes convertir un susto en una oportunidad. Porque lo importante no es cuánto tienes, sino cómo lo manejas. Y eso, por suerte, se aprende. Empieza hoy.

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