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Santa María del Naranco

Rutas culturales para conocer el alma del Principado ✨

Asturias es mucho más que montañas verdes y playas salvajes. Es un lugar donde la historia, la tradición y el arte se entrelazan en cada rincón. El Principado guarda joyas que hablan de su pasado minero, su herencia prerrománica, su alma marinera y su pasión por la cultura viva.

Ruta del Prerrománico Asturiano ⛪

El arte prerrománico asturiano no solo es Patrimonio de la Humanidad, es también un testimonio vivo de un reino que resistió y creó un estilo propio. Esta ruta te lleva a las colinas que rodean Oviedo, con joyas como Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo.

Gijón: de Cimavilla a la Laboral 🌊

Gijón respira cultura en cada esquina, y esta ruta es perfecta para los que buscan mezcla de historia, arte y vida urbana. Empieza en Cimavilla, el barrio marinero, y sube al Elogio del Horizonte. Después, visita la Universidad Laboral, hoy convertida en centro cultural.

Ruta minera por el Valle del Nalón ⛏️

La historia industrial de Asturias forma parte de su identidad, y el Valle del Nalón es un museo vivo de esa herencia. Desde el Museo de la Minería y la Industria (MUMI) hasta el Ecomuseo del Valle de Samuño, la ruta combina historia, orgullo obrero y paisaje.

Llanes cultural y marinero ⚓

Llanes sorprende por su casco histórico amurallado, la Basílica de Santa María del Conceyu y el Paseo de San Pedro. En el puerto, los Cubos de la Memoria ponen color y arte contemporáneo a la tradición marinera.

El Oviedo más literario y cinematográfico 🎬

La capital del Principado se convierte en un escenario vivo con la Catedral, las esculturas de Mafalda, Woody Allen y La Regenta, y sus calles reconocibles en rodajes internacionales.

Avilés y su arte urbano 🎨

Avilés mezcla su casco histórico con el Centro Niemeyer, icono contemporáneo, y con murales y grafitis que llenan la ciudad de rebeldía artística.

Conclusión 🌟

Conocer Asturias a través de estas rutas es como leer un libro que no quieres que acabe. Se escucha en las gaitas, se saborea en la sidra y se siente en las calles, donde pasado y presente siguen bailando juntos.

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